viernes, 25 de abril de 2008

Padre Pío: el fracaso de un aspirante a Jedi

¿Hasta qué grado debe llegar la desesperación de una organización religiosa para llegar al extremo de sacar un cadáver de su tumba y mostrarlo al público como si se tratara de un fenómeno de feria?

A este punto, a este lamentable nivel, donde ni el “reposo” de los muertos se respeta, ha llegado la iglesia católica, exhumando el cuerpo del mentado Padre Pío.

Para los que no saben quién es, el Padre Pío es un equivalente a un mutante de los X-men pero de la época de los años 40s. El Padre Pío no solo sufría los estigmas de Jesucristo en su propia carne, sino que hasta tenía el poder de bilocarse, osea de estar en dos o más lugares al mismo tiempo!! Todo un Obiwan Kenobi moderno!

Pero desafortunadamente, a cada mito le llega su hora, y con el tiempo se descubrieron las artimañas del Padre Pío. Se supo que se auto-infligía los “estigmas” con ácido, pues el farmacéutico que se lo suplía abrió la boca. (Quien quiera saber más sobre esto, que busque en Google, y no me jodan). Y por si fuera poco, tras su muerte, la iglesia, para agrandar el fenómeno, procedió a embalsamar el cuerpo del cura, de modo que se pudiera apelar a la idea del “cuerpo incorrupto”. Se olvidaron que los verdaderos Jedi, cuando mueren en gracia, ascienden a la luz, desapareciendo su cuerpo mortal en el acto, tal como ocurrió con Yoda y Obiwan. A Pio no lo dejaron desaparecer. Lo que cuenta los rumores de ciertos círculos im-Píos, es que antes de que el viejo muriera y se esfumara en su sotana, los directores del circo vaticano (quienes no podían darse el lujo de perder el cuerpo) lo raptaron y lo metieron en una cámara de suspensión animada, para luego embalsamarlo en vida. Así se explica por qué el cuerpo se mantiene “incorrupto”. No es que esté incorrupto, es que el viejo sigue vivo!!!

Bueno, son sólo rumores…

En fin, no voy a discutir la veracidad o falsedad de este Jedi Knight; o si pertenecia al dark side o no. Lo que quiero es llamar a la atención a la aberración que representa sacar un muerto de su lugar de descanso, con tal de avivar la fe de los crédulos que nada se cuestionan. Dicen que hasta Berlusconi va a visitar al dichoso cadáver. Quizá esto provoque que Padre Pío se revuelque y hasta resucite con tal de que no se le acerque el mafioso corrupto que hoy gobierna Italia. Talvez no, talvez le encante su visita, pues bien se conoce que el gobierno italiano es el primer cómplice del entramado de corrupción del Vaticano. Y por donde anda Berlusconi, andan los billetes…

La gente que visita el cuerpo dice tener una experiencia sobrecogedora, que les encrispa los pelos del cuello y los muslos. La gente sale llorando, algunos hasta dicen oir su voz de ultratumba. Supongo que oirán un “Dejen el billeteeeeeee, dejen el billeteeeeee….” en Surround Sound. ¿Acaso no vale la pena, pagarte un viajecito a un pueblito precioso de Italia, dormir en un hotel de 4 estrellas, y experimentar una piel de gallina unos 5 minutos viendo a un doble de Alec Guinness? Yo también iría!! Sólo faltaría que pusieran en las bocinas la voz del maestro decir “Use the Force, Luke!”

En fin, ahí tienen otra joyita que nos deja el Vaticano Inc. Reflexionen en ello. Y riamos un rato. Pero no crean que somos los únicos en reir. Hay que oir a los protestantes, los supuestos “racionalistas” cristianos hijos de Lutero, burlándose de este tipo de fenómenos del folclor católico. Los protestantes se mofan de los católicos, como si se tratase de hermanitos ignorantes que aun creen en Santa Claus. Pero a ellos yo le pregunto, ¿acaso creer en que alguien es capaz de bilocarse es más absurdo que pensar que una persona caminó sobre el agua, y que después de ser asesinado resucitó por sí solo, y salió volando (como Neo de The Matrix) al los cielos? ¿Es el fervor hacia el Padre Pio más irracional que creer en el pecado original, Yavé de los Ejércitos, y excrementos conceptuales como la predestinación, la gracia, el pueblo elegido, la existencia del diablo?

A todos los cristianos, católicos y protestantes por igual, les digo: You are ALL full of shit, people. Escuchen las palabras de Yoda, o asuman las consecuencias!!

jueves, 17 de abril de 2008

El Michael Jackson y la negritud

Este post va dirigido a reivindicar la figura de Michael Jackson. Aunque no soy fan, ni siquiera tengo un disco suyo, reconozco que Jackson es uno de los más grandes artistas, cantantes, bailarines e intérpretes del pop que han existido en nuestra historia. Creo que en ese punto la mayoría está de acuerdo; hasta quienes lo odian. Con lo que no puedo estar de acuerdo es con gran parte del linchamiento mediático que ha sufrido desde mediados de los 80s para acá. A Jackson le ha pasado algo parecido a lo que a Isabel Pantoja en España. La prensa amarilla decidió cogerlos de “mango bajito”, y a palo limpio con ellos. Y bueno, hay que aceptar que el tipo hace cosas que no son muy comunes y corrientes que digamos. Lo de la pedofilia, de ser cierto, me parece lo más vil del mundo; aunque eso no le resta artísticamente. Pero pongamos eso a un lado.

El ataque al que me quiero referir en concreto es a ese de que Michael Jackson es un mal ser humano porque es un “mal negro”, que se avergüenza de su raza, que está loco con eso de aclararse la piel y ponerse “nariz de blanco” (aunque hasta la fecha estoy por saber qué es una nariz de blanco). Todo esto me parece de la más grande hipocresía posible. Hoy día, cuando sale una persona en la tele diciendo que se ha operado los pómulos o puesto silicón en los labios (miren a Walter Mercado, por favor…), nadie ataca los sentimientos o la buena voluntad de esa persona. Está bien visto que una persona no se sienta a gusto con alguna parte de su cuerpo y decida operarse. Incluso, podemos ver con admiración cómo algunos transexuales se cambian de sexo, y quien lo cuestione queda en ridículo.

Me pregunto, pues, si un transexual odia tener un saco entre las piernas y se lo quita, y no hay problema, ¿por qué está mal que alguien odie tener la piel oscura o facciones “africanas”? Hay mujeres super tetonas que se reducen sus senos y nadie anda diciendo que atentan contra la maternidad o la feminidad, ni nada. Si a un feo le da con operarse y ponerse la cara de Brad Pitt, no hay ningún problema. Si un blanco paga miles de dólares por broncearse en esas máquinas UV pa salir como un camarón asao prieto; … pues, no es que quiera dejar de ser blanco, o que se avergüence de su raza, sino que quiere estar a la moda. Pero si a un negro le da con querer parecerse a un blanco, ahhhh entonces ese es un racista, mal negro, que no se siente orgulloso de su raza, blah blah blah ¿¿¿Pero qué mierda es esa???

Recuerdo una vez que en un programa de Carmen Jovet, una persona del público se atrevió a cuestionarle a la cantante negra Ruth Fernández, el por qué se alisaba el pelo; insinuando que lo normal es que las negras lleven el afro estilo 70s por dictado de la naturaleza. Ruth contestó que lo hacía, no para hacerse blanca, sino para estar a la moda. Y todos contentos. Ya superamos esa etapa, y espero que la persona que le cuestionó haya superado su complejo de negra. (Ese es otro tema.)

Pues bien, Michael Jackson hace muy bien en usar sus millones pa lo que sus pelotas le dicten. Los que lo acusan por ello SON los verdaderamente racistas, (osea, la prensa amarilla americana dominada por blancos, que lamentablemente aun les encanta hacer leña de cuanto negro puedan.) Seres perversos que toman el caso de Michael Jackson como la “prueba” definitiva de que los blancos son superiores: “Mírenlo ahí, el pobre mono que quiere ser blanco…” Y detrás de todo esto, lo que se esconde es el miedo atávico a lo diferente. El miedo a que las minorías puedan coger parte de nuestro bizcocho. Si Michael Jackson ya superó las barreras que los negros se supone que no pasaran, se llenó de más millones que la mayoría de los blancos rubios americanos juntos; uff ahora sólo falta que al parecerse a los blanquitos demuestre más plenamente aun su superioridad. Entonces, hay que decir que Michael Jackson no se blanquea por gusto, como Ruth Fernández se estira el pelo, sino por degenerado, por loco, por…malo. (Truenos y centellas.)

Michael Jackson podrá estar medio loco (no lo dudo al ver su biografía, con ese padre hijoeputa que tuvo), sin embargo tiene el derecho a querer parecerse a quien le salga de los cojones, y pintarse la cara de verde si le place. Pero en este mundo, el canon de belleza gira mayormente en torno al blanco alto de ojos claros, es lógico que haya gente que quiera acercarse más a tal paradigma. Raro sería que Jackson se operara para parecerse a un nativo de las islas Fiji. Las mujeres tienden a querer parecerse a las Barbies, y no hay que ver más que un desfile de pasarela para darse cuenta. Criticamos esas chicas, señalamos su anorexia, pero nadie pone en duda su calidad humana. Nadie dice por ahí que son malas mujeres, sino víctimas del sistema. Y eso es lo que en parte ha sido Michael Jackson; una persona que rompió las reglas del sistema, como pocos negros habían logrado antes en EEUU, pero que cuando quiso ir más allá, actuando directamente contra los esquemas raciales de la sociedad americana, sufrió las consecuencias. Y los mismos que compraban Thriller y se meaban de gusto viendo esa joya de Billie Jean, se convirtieron de la noche a la mañana en sus inquisidores. Porque en el sistema pueden haber gordos que rebajan, feos que se hacen bellos, hombres que se hacen mujeres, pobres que se hacen ricos… pero que un negro se haga blanco, ¡uy, por Diosssssss!

Estaría bien ver cuán blanco es el culo de esos que tiran la piedra…

miércoles, 9 de abril de 2008

¿Es el creyente una persona menos inteligente?

En mi opinión no.

Cuando acepté mi ateísmo, lo primero que me pregunté fue por qué no me había dado cuenta antes de que la religión era caquita de marrana. ¿Qué había fallado? ¿Me había faltado inteligencia?

En el pasado he escrito superficialmente sobre algunas teorías de los psicólogos evolucionistas, quienes entienden que la religión se explica como una disposición originada en un pasado remoto; en algún momento en que las creencias en lo sobrenatural pudieron haber ayudado a la especie humana a sobrevivir. Digo esto pues es importante recordar que no sólo nos influye nuestro entorno socio-cultural, sino también un bagaje genético que determina parcialmente nuestra actitud ante la religión.

Con frecuencia conozco a personas muy inteligentes, que sin embargo creen las cosas más absurdas y ridículas. Recientemente oí el caso de un importante doctor en medicina especialista en cáncer en New York, quien también fungía como obispo de la iglesia de los llamados “mormones”. En casos como este, la pregunta rápida que salta en mi mente es: (Asumiendo que el tipo está ahí por buena voluntad, y no para sacar un beneficio económico personal…) ¿Cómo es posible que una eminencia en la investigación y cura del cáncer, alguien que habrá visto en miles de ocasiones a gente inocente morir a pesar de los rezos y plegarias, pueda creer, por ejemplo, que “Jesucristo sana”, o que viajó a la antigua América a predicarles a los pieles roja? ¿Cómo es posible que alguien que ha pasado por una universidad varios años, pueda continuar creyendo que el “ángel Moroni” inscribiera en piedra para Joseph Smith unas supuestas joyas espirituales que hoy se conocen como el Libro de Mormón? ¿Tanto cuento no les da al menos un ligero olorcitio a caquita? ¿Puede una persona inteligente realmente creerse tanta mierda absurda, ridícula, asquerosamente risible?

La respuesta es sí. ¿Por qué? El problema no es sólo falta de conocimientos, de datos históricos, etc.; tampoco su inteligencia o falta de ésta, sino un asunto de madurez racional. ¿Qué quiero decir con esto? El filósofo Arthur Schopenhauer nos da una clave. Éste alemán gruñón pensaba que la inteligencia y la razón eran dos elementos distintos. Schopy veía la inteligencia como una capacidad de entender las relaciones causa-efecto de los fenómenos que experimentamos. Y la razón, según este filósofo, se trata de una capacidad superior dedicada a organizar los conceptos que ya han sido procesados por la inteligencia. La inteligencia, por sí sola, no puede llegar a la verdad. Para ello hace falta el raciocinio, la reflexión, y la duda que nace en la utilización de la razón.

La inteligencia es una cualidad con la que se nace o no. La razón, más bien, es una capacidad que se cultiva y se desarrolla. Para pensar racionalmente hay que aprender a pensar racionalmente. Hay millones de personas inteligentes que jamás han reflexionado en su puta vida. Por eso, una persona inteligente que nunca se expone a las leyes básicas de la lógica; alguien que jamás llega a comprender cómo opera una falacia, o cuál es el método científico, será una persona con grandes probabilidades de vivir en el engaño, es decir, la mentira.

A los ateos que me leen, les digo que no duden de la inteligencia de las personas sólo porque sean creyentes. En vez de eso, debemos intentar explicarles (si se da la ocasión) lo que sepamos sobre el objetivismo y el pensamiento racional. Si la persona es inteligente en términos schopenhauerianos, es decir, si su mente procesa bien las relaciones causa-efecto, (es decir, hoy como, mañana cago; hoy no como, mañana no cago), entonces seguramente tiene el germen de la duda en algún sitio de su cerebro. Junto con las herramientas del pensamiento racional, y un buen kit anti-falacias, será más capaz de llegar por cuenta propia al convencimiento de que la religión es un fraude, y un instrumento de manipulación colectiva.

Pero aun así, esto no nos asegura nada. Porque bien sabemos de ciertos sabios que, conociendo bien las leyes de la lógica, han continuado creyendo la sarta de sandeces y embustes de la religión. Es como los católicos, que sabiendo que su institución religiosa es la organización religiosa más criminal de la historia, aun así no se avergüenzan de llamarse a sí mismos “católicos” y siguen yendo a misa, y creen que Ratzinger es “heredero de directo” de Pedro y Jesús. (jeje) Y qué me dicen de eminencias, como Tomás de Aquino, quienes incluso intentaron utilizar la razón para probar lo que era imposible probar. Esto, amigos irreverentes, es el típico caso de inmadurez racional. Una persona que domina unos conceptos, pero que los somete al servicio de una creencia irracional. Lo mismo ocurre hoy día con científicos creacionistas que defienden la idea de que el universo solo tiene 6,000 años. ¿Son inteligentes? Seguramente sí. ¿Cuál es su problema? Inmadurez racional. Son pubertos intelectuales. Tienen pelos en la pinga pero aun no saben mojarla, y continúan haciéndose sus pajitas. Pajas mentales, que es lo que la religión es.

En fin de cuentas, todo este rollo se trata de actitudes. Si las actitudes correctas están (esto viene de nacimiento), y si se cuenta con las herramientas necesarias, entonces el machete de la razón sí puede abrirse camino entre la maleza de la idiotez a la que nos induce la creencia en lo sobrenatural.

¿Podrá el ateísmo ser una inclinación innata en ciertos individuos?

martes, 8 de abril de 2008

Las humildes comemierdas

Ayer, mientras navegaba en el internet, se me abrió una página pop que se llamaba algo así como “¿Me das tu messenger?.com” Salía la foto de una chica, y tú decidías si estaba lo suficientemente buena para darle tu messenger. También podías darle una puntuación del 1 al 10. (Luego son los mismos que critican a los concursos de belleza.)

No pude resistir la tentación y me metí un rato a ver las chicas puertorriqueñas que había ahí. Desgraciadamente, todas eran tan feas, que me llamó más la atención los comentarios que ponían sobre sí mismas. Dejando a un lado el hecho de que personas de 25 años, con bachillerato y universidad escribieran “sensicibilidad” o “hipocrecía”, lo que más resaltó fue que casi todas hacían alarde de una supuesta “humildad”. “Soy buena gente…y humilde.” “Soy candela, una bomba sexual…y humilde”. Tan FEAS, y encima humildes!? Pero qué cosa más grande, caballero!!

Dime de qué presumes, y te diré qué careces

Las descripciones de las chicas eran una verdadera ostentación de humildad. ¿Pero de dónde aprendieron esto? ¿De las telenovelas mexicanas? A veces el interés por que se les vea “humildes” es tan grande que en casos llegan a leerse joyas como: “soy humildita” (sic). Sí sí, humildita, más que humilde, “tan humilditamente insignificante e inofensiva que quiero que me miren por pena de lo poca cosa que soy.” En fin, ¿qué carajo significará tanto despliegue de “humildad”? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿No se supone que cuando te describes quieras resaltar y hacer pompa de las cosas buenas que tienes? ¿Qué hay de malo en ello? Por ejemplo, “Mi cara asusta como el cuco, pero tengo un culo riquísimo”. “Tengo una verruga en el labio inferior, pero mis tetas te harán olvidar cualquier pesadilla” O si son ya más recataditas: “Soy una chica encantadora y super simpática y guapa”. ¡¡¡Energía coño!!! Que parecería que estuvieran vendiendo servicios de limpieza del hogar, como las sirvientas de las telenovelas mexicanas “Mande señito, sí señito, como diga usted señito, soy humilde señito, humílleme señito….” ARRRGHH!!! ¿¿Qué no se dan cuenta que “humildes” eran los esclavos sumisos, sometidos y subordinados??

En las descripciones de las boricuas falta vibración, entusiasmo. Pero la verdad es que ese deseo por aparentar humilidad en realidad se trata de un deseo por evadir ser tildado de…(ta-taaaaaaaaan ):

Comemierda. La característica más generalizada del Puerto Rico moderno, del baby-boom para acá.

¿De qué trata este fenómeno? La comemierdería engloba varias características, siendo la altanería uno de ellos. El orgullo puede estar justificado o no. Generalmente se le dice comemierda al que pertenece a una escala social alta y suda pedantería y esnobismo en cada palabra que dice. Pero más interesante es el caso de los que, siendo unos muertos de hambre, se comportan como si fueran reyes de Suecia o reinas de Saba. La comemierdería trasciende escalas sociales. (Donde más abundan es en el mundo del arte.) No sé si esta condición nos surge como consuelo al coloniaje y explotación en que vivimos, donde siempre nos hemos sentido inferiores al paradigma que nos llega del americano. Eso es otro tema. Pero en fin, es un problema real, y grande.

Lo que verdaderamente me jode es que en PR la gente parece no tener la más mínima idea del significado profundo de la humildad. No estoy hablando de significados de diccionarios. En el RAE dice que es una virtud que consiste en reconocer las limitaciones propias. (Otra vez, la típica chica humillada de telenovela.) Pero para mí la verdadera humildad es todo lo contrario. Humilde es aquel que siendo superior (en lo que sea), actúa de tal modo que nunca hace sentir inferiores a los demás. El humilde de esta clase siempre se gana el aprecio de la mayoría. Los “inferiores” piensan “oye, éste tipo, pudiéndose echar el guille, pudiendo ser comemierda, mira lo buena gente que es.” Por eso a veces la humildad es un sinónimo de grandeza. Pero la humilidad esencial es algo natural, no aprendido. La humilidad se tiene o no se tiene. Al comemierda tarde o temprano se le nota la costura.

La humildad no es la virtud del pobre, del poquita cosa. ¿Qué virtud hay en que un pobre sea humilide”?! ¿Se supone que no lo sea? En este maldito mundo, a los pobres, con humilidad o sin ella, se los lleva la chingada. (Por cierto, Cristo fue el primer comemierda, cuando dijo “Yo soy Dios”!) Lo normal, lo que dicta la lógica es que una persona pobre o fea se comporte, no con humilidad, sino con sensatez, por que no tiene otra opción si es que quiere evitar hacer el ridículo. Es lo propio, lo que le toca, si quiere evitar que la sociedad se lo pase por el clavo. En cambio, la mujer rica, por ejemplo, que a pesar de sus billetes, actúa como una persona corriente, no importándole mezclarse con gente que no sea de su nivel social; la chica que está buena y no le niega la sonrisa a los feos. Esa, ESA es la verdadera humilde. Pudiendo estar clavándose a cualquier Tom Cruise o Brad Pitt de turno, vela ahí, me sonríe y me hace digno de su mirada. Qué gracia, qué grandeza!

En fin, que la humilidad no es una cualidad de la que se pueda ostentar. La humildad se despliega en el silencio. Infunde respeto y admiración. Y la persona que dice ser humilde, pronunciándolo, es una ridícula. O una boricua comemierda del net… O ambas cosas.

¡Ay, qué será de mi patria!

domingo, 6 de abril de 2008

El infierno es mejor de lo que lo pintan

Desde que son pequeños, los cristianos alrededor de todo el mundo comienzan a escuchar ciertas palabritas. Dos de ellas son el "diablo" y el "infierno". Mi madre nunca me habló de tales cosas. Pero mi abuela, menos moderna al fin, un día vino donde mí y la cagó. Y ahí empezaron mis suplicios. El diablo, el infierno, la gente mala iba para allá! ¿Yo era malo? ¿Merecía tal castigo? Como no lo sabía, rezaba todas las noches antes de dormirme y le pedía perdón a Dios por ser un niño tan y tan malote. Me aterraba imaginar que al morir iría a ese lugar siniestro de sufrimiento.

Sobre lo del fuego me enteré luego. Y más tarde descubrí que durante la Edad Media algunos cristianos imaginaban el infierno como un lugar gélido, donde literalmente te cagabas de frío en la pinga de Belcebú. Algunos católicos incluso negaban que existiera el infierno, diciendo que era un símbolo de estar apartados de Dios. Pero recientemente el Papa ex-nazi Ratzinger volvió a reactivar la susodicha doctrinita: El infierno existe, y va en serio, eh!!

Pues bien, yo soy ateo, tengo el infierno ganado. Un día blasfemé contra el Espíritu Santo, cagándome en la madre que parió a la paloma. (Pecado que, según Cristo, no tiene perdón de Dios. Y me reitero en mi blasfemia...) Así que no me queda más remedio que acostumbrarme a la idea. Estoy condenado por la eternidad. Pero para no abrumarme demasiado —siguiendo la máxima de los libritos de auto-ayuda y psicología light que tanto están de moda— decidí "sacar algo positivo de una experiencia negativa." Sí, sí...Según esta cultura psico-light, cualquier putada que te ocurra puede servirte de algo. ¿Que unos cabroncillos del barrio agarraron a tu perro y le metieron un petardo en el culo, y ahora te toca cambiarle una bolsita llena de mierda al perro cada 12 horas pq el infeliz no puede cagar propiamente? No te ofusques, no te cabrees contra la vida. Esto te hará crecer en la compasión. ¿Que te violaron a tu hija? No pasa nada... alguna lección buena podrás sacar. Y así etc etc.... Asi que si estoy condenado al infierno, lo cual es muchísimo peor, ¿no podré acaso sacar algo "positivo" al asunto?

Pues la respuesta es sí. Y es que evaluando la historia me di cuenta, que el infierno debe ser el MEJOR lugar del universo para vivir! Imagínense llegar a un sitio y encontrarse a los gigantes Da Vinci y Miguel Angel (los cuales por soltar aceite en el trasero se ganaron la entrada al Érebo). Imagínense entrar y encontrarse con Nietzsche, Feuerbach, Hume, Voltaire!!! Y no queda ahí la cosa...Veamos, en el infierno se encuentran Platón, Aristóteles...y qué me dicen de GALILEO!! Carl Sagan, Rabelais el autor más cómico del mundo! Y si sigo, pues tengo que incluir a los grandes pensadores Buda, Confucio y Lao Tse!! Pero coño, ¡si es que el infierno es un Hall of Fame!!! ¿¿A quién no le gustaría ir??

Claro, también es verdad que habrá una pandilla de hijos de puta por ahí tambien. Stalin, Hitler, Mao, unos cuantos Papas. ¿Pero qué más da? ¿Acaso no se montan los corillos según la personalidad de cada quien? Digo, ahora mismo tengo vecinos con los cuales nunca me hablo! Asi que la proximidad no implica influencia, ni siquiera malos rollos. En el infierno cada quien juega al poker con quien le da la gana.

Pero bueno, haciendo balance, me parece que en el infierno habrán muchos más de los "buenos", que de los malos. Pues si contamos a todos los seres humanos que vivieron antes de Cristo, todos los hindúes, chinos, judíos, apaches, zulus, cavernícolas, etc, pues seguro que entre tantos millones habrán muchísimos buena gente. Habrá artistas, científicos, pensadores, que sencillamente fueron a parar ahí por no haber creído en lo que a alguien se le antojó. Por no haber repetido las palabritas del Abacadrabra Hocus-Pocus de la salvación cristiana: "Creo en tí, Jesús."

Total, amigos, que si lo pensamos, el infierno es un lugar muchísimo más entretenido para pasar la eternidad, que el aburrido Cielo con sus Papas, santos, mártires y sus sotanas, y un corillo de angelitos regordetes que cantan en círculo alabanzas eternas per secula seculorum al Altísimo. "Oh cuan grande eres, oh cuan poderoso eres, Señor Dios!! Aleluya in Excelsis Deo! Qué guapo, qué magnífico, qué mono! Si te sacaras la pinga, te la chupábamos en el acto, oh Señor, Amén de los Amenes!!!" Bahh!! Qué asco!!! Yo, me quedo con el infierno, con Belcebú y mi amigo Schopenhauer, refunfuñando, ligándome una que otra culona impía, y celebrando lo rico que se siente ser condenado por ser ante todo individuo, libre y pensante.

¡Que se joda el Cielo!

sábado, 5 de abril de 2008

¿Qué se siente hacerse ateo?

Durante siglos las huestes monoteístas han inculcado en sus filas que no hay peor condición que la del ateo. Podrás ser marica, y si no enculas te salvas. Podrás ser pajero, y si no raspas te libras. Pero si eres ateo… ay, si eres ateo, no tienes perdón de Dios. Directito al infierno. Pues, ¿cómo puede ir al Cielo alguien que pone en duda la existencia del Creador? ¿Cómo podría Dios, en su divina benevolencia y misericordia comprensiva, abrir sus brazos ante tan vil criatura, que osa cuestionar las autoridades terrenales que Lo representan?

Pues bien, ya sabemos que los ateos son la escoria del mundo, y que mientras más lejos los tengamos con sus influencias racionales, mejor. Pero la duda nos pica. ¿Cómo se siente ser un condenado al infierno? ¿Que se sentirá ser un ateo? Pues yo te lo voy a decir. Porque soy uno.

El ateísmo no es una doctrina, algo que puedas aprender punto por punto. No es una religión, no tiene dioses, ni diablos, ni leyes, ni mandamientos. El ateísmo es sencillamente el estado al que una persona llega cuando deja de creer en la existencia de los dioses. Hay ateos malos, ateos cool, ateos depravados, ateos buena gente, ateos vagos, ateos trabajadores, ateos violentos, ateos pacíficos, ateos intelectuales, ateos que no les gusta que los llamen ateos, ateos que se llaman a sí mismos “agnósticos”, ateos que no saben que son ateos. Hay de todo. Pero en fin, ateos.

En mi caso personal, llegar a ese estado fue resultado de un proceso de varios años. Primero comenzaron las preguntas que nadie me podía contestar. Luego las dudas. Ver las incoherencias dentro de las autoridades religiosas. Luego descubrir los disparates y contradicciones dentro de la Biblia, el supuesto libro “más perfecto” de todos. Luego estudiar otras religiones y darme cuenta que todas repetían el mismo patrón. Poco a poco comenzaba a oler dos tufitos. El primero, a mierdita; las creencias que desde pequeño había seguido comenzaban a revelarse como excretita, caquita de borreguitos. Y por otro lado, un tufito a ateo…Sí, yo comenzaba a apestar a impío, a sin-dios. Pero de las dos pestes, preferí la segunda. Por que la primera es peste a mierda que otros te tiraron encima. Y la segunda, al menos es mi propia mierda, y con un poquito de perfume se disimula.

Hacerse ateo, como ya dije, no ocurre de la noche a la mañana. Tampoco es una euforia. Pero a medida que vas descubriendo que gran parte de las “verdades” que te enseñaron son pura bazofia de mentes enfermas que regurgitan tradiciones de tribus nómadas del desierto de la barbárica edad de bronce, vas sintiendo un “feeling” de libertad. Sientes cómo si te corrieran un programa anti-virus por el cerebro. Ves como el anti-virus, que no es otra cosa que la capacidad de razonar y la duda trabajando al unísono, va limpiando esas neuronas… Y lo ves todo irse por el retrete… Por ahí las Vírgenes! Por ahí las hostias consagradas! Por ahí los panes y los peces! Por ahí el señor don Diablo, con el que tanto miedo te pegaron! Por ahí el cielo! Por ahí el infierno! Y a medida que vas expulsando esa inmundicia, sientes placer. Y no es sólo que finalmente puedas hacerte una paja sin sentido de culpa. Es un placer distinto. Un logro del individuo. Una hazaña a la que muy pocos están destinados a alcanzar: La libertad mental plena de programaciones teístas.

Hacerse ateo se siente rico. Pero para lograrlo hay que joderse. Y comprarse un buen desodorante. Porque en esta sociedad, aunque no lo queramos, seguimos apestando en la nariz de unos cuantos; algunos que si pudieran matarnos y enviarnos a las pailas de Belcebú, no dudarían en hacerlo. Por eso no viene mal un buen roll-on. Pero lo mejor de todo es que cada vez somos más. Y algún día llegará el momento en que quienes apestarán serán ellos. Pero que no se preocupen, para ellos no tenemos señalamientos ni condenas ni hogueras. Sólo jabón, perfumito, y un par de cervezas.