¿Alguna vez te has preguntado cómo una pequeña secta judía en el desierto de Palestina logró hacerse con el imperio romano (aunque luego lo llevara a su ruina), con el control de casi todos los reyes de Europa y Asia Menor, y luego con América entera? No, no es porque era la "religión verdadera". Siéntate bien y entérate.
Todos ya sabemos los hechos históricos específicos que permitieron al cristianismo entrar en las cúpulas de poder. Sabemos que el emperador Constantino se convirtió al cristianismo, y que de ahí en adelante los perseguidos cristianos pasaron a ser los perseguidores. Eso ya los sabemos. Pero lo que realmente dio a esa secta su gran fuerza no se encuentra sólo en estos hechos, sino en la propia dinámica de su filosofía (si así puede llamársele). El triunfo del cristianismo se debe a la astuta síntesis entre la fuerte tradición judía y la capacidad grecolatina de asimilar ideas heterodoxas, distintas. Contrario a los judíos, los romanos —salvo unas célebres excepciones— exhibían una gran tolerancia respecto a las religiones dentro de su imperio. Esto fue parte de lo que les permitió convertirse en el imperio más poderoso del mundo. Cuando los romanos conquistaban un lugar, no imponían su religión a los conquistados, sino que asimilaban sus creencias. Así ocurrió con casi todo el Panteón de dioses griegos, y otras deidades egipcias, persas, etc. Los romanos solían tomar los dioses ajenos como propios, a veces cambiándole los nombres (Zeus a Júpiter, Heracles a Hércules, etc.) Podría decirse que esta actitud era la opuesta al judaísmo. Los judíos, como buenos monoteístas, cada vez que conquistaban un lugar imponían su deidad (eso es si primero no masacraban al poblado entero bajo mandato divino). Esta actitud cerrada y fanática, resultó tanto útil como contraproducente para los judíos: Por un lado les ha permitido mantener una identidad nacional más allá que religiosa, y hasta la fecha les ha dado un sentimiento de causa común, que no dudamos sea parte del origen de la prosperidad económica que los caracteriza. Por otro lado, la incapacidad para integrarse, y su falta de interés por el proselitismo, los han llevado en más de una ocasión al borde de la extinción. Primero la Santa Inquisición, y luego Hitler. Pensemos que actualmente los judíos en el mundo suman unos 14 millones (Hitler se llevó unos 6 millones), un número bastante bajo si consideramos lo antigua que es esa religión.
El cristianismo no tiene esos problemas. El cristianismo triunfó (en número, poder y economía) porque en un momento dado supo adaptar las cualidades más útiles del contexto político-religioso del cual surgió. Los cristianos tomaron de los judíos no sólo el Antiguo Testamento y la idea de “pueblo elegido”, sino el comportamiento fanático que se desprende de todos los monoteísmos: “Sólo hay un Dios, el nuestro, arrodíllate.” Luego, de los romanos y griegos tomaron el gusto por filosofear, hallar verdades universales (un concepto potencialmente peligroso), y encontrar justificaciones “racionales” a toda su doctrina. Esa mezcla fue fundamental para que el cristianismo más tarde fuera la secta “elegida” por Constantino. Otro factor clave fue la abierta idea de Jesús: “Dad al César lo que es del Cesar”. Esto le sirvió como camuflaje, para presentarse ante las autoridades romanas como una secta inofensiva. Hasta que ya fue demasiado tarde.
Una característica importante del cristianismo, influencia de los griegos, fue su intento de hacer “teoría” de su religión, lo que más tarde se llamó teología. Los cristianos no son como los hindúes que se creen lo que le eches. Su religión tiene estructura, aspira al orden que la mayoría de las religiones carecen. Esto la hace ver como una religión más racional y evolucionada que las anteriores, sin embargo tras esa fachada se esconde otra realidad. Los cristianos también heredaron una buena dosis de irracionalidad de los romanos: el politeísmo; de ahí les viene esa necesidad de crear un santo por cada pueblo. También heredaron la carnalidad de la religión romana, la obsesión con los objetos mágicos, talismanes, amuletos. De ahí les llega su tendencia a inventar reliquias. En fin que del choque del monoteísmo judío y el filosofeo grecolatino de tendencia politeísta surgió un verdadero monstruo doctrinal con mil cabezas. Una aberración que iría creciendo y creciendo hasta llegar a provocar cismas dentro del seno de la Iglesia que culminarían en el exterminio de miles de seres humanos. Un ejemplo más de como los cristianos se aman los unos a los otros.
El primer adefesio doctrinal producto del cristianismo fue el Dios Trino. Un supuesto Dios dividido en tres, pero que no es tres separado sino tres en uno. Ahí tuvo que auxiliarlos la geometría griega y el triángulo para explicar esa contradicción irracional. (Dios podía ser tres en uno, como el triángulo: con tres lados sin dejar de ser una sola figura.) Y si hubieran querido podría haber sido cuatro en uno, o cinco en uno, invocando al pentágono. Las figuras geométricas valían para justificar hasta un dios de veinte mil cabezas. Otra aberración de la imaginación cristiana fue introducir la idea de un Dios-hombre (un sacrilegio para los judíos). Si no fuera por la larga tradición antropomórfica homérica que los romanos poseían, creyéndose todos aquellos célebres cuentos del Júpiter bellaco chingándose cuanta cierva y nube se encontraba en su paso, los cristianos difícilmente hubieran podido concebir que un Dios supuestamente omnipotente, omnipresente e infinito pudiera “encarnarse” en un simple cuerpo humano y morir en una cruz. La carnalidad grecoromana no sólo permitió a los cristianos ser deicidas (matar a dios), sino teófagos (comérselo).
Así pues el monoteísmo pagó un precio. Pero quien pagó el mayor precio fue la humanidad. La consolidación del cristianismo bajo el poder y protección de Roma significó la muerte de la tolerancia que había ayudado a mantener la estabilidad del Imperio. Quien no se convertía al cristianismo, moría. La doctrina cristiana fue la primera religión en mezclar la intolerancia con la aspiración filosófica a la verdad absoluta. Veamos. Los judíos tenían sus creencias, pero no les interesaba que nadie creyera igual que ellos. Dios era su verdad, y les complacía vivirla como experiencia subjetiva, interna, meditando en sus ideas. Si les estorbabas, te mataban y ya. Desechaban toda pretensión de objetividad, y por eso hasta prohibían el arte. Pero los cristianos, tenían sus creencias, y encima se creían capaces de demostrarle a todo el mundo con las leyes de la Lógica que su doctrina era la única verdadera. Así se explican sus ganas de “evangelizar”, que no es otra cosa que “O crees o te mato” como hicieron en la Conquista; pero ya no por mandato divino, sino por mandato de la Razón. He ahí la aberración: el haber secuestrado la Razón como apoyo a la irracionalidad, y habérsela negado a quienes en verdad pudieron haberla usado en beneficio de toda la humanidad: los científicos. Cuando digo “secuestro” no lo digo metafóricamente, pues eso fue lo que hicieron los monjes durante cientos de años, escondiendo el conocimiento de personajes como Aristóteles; guardándolo para su disfrute exclusivo y como apoyo para sus pajas mentales...y las no tan mentales.
En resumen, el triunfo del cristianismo se debe a la fusión de dos cosas: 1) El fanatismo monoteísta judío y la noción de “pueblo elegido”, y 2) el interés grecolatino por alcanzar filosóficamente la verdad absoluta, y la idea de que las leyes de la Lógica son universales. De ahí se desprende que los cristianos se creyeran en la obligación de predicar su Verdad como verdad universal con la furia y convicción de quien se cree elegido por Dios.
Los crímenes del cristianismo son materia para otro blogazo. Por ahora basta con decir que gracias a esa fusión el cristianismo se convirtió en la religión más poderosa del planeta. La mezcla de violencia y la Razón le dio la llave al mundo, y así llevaron a la Europa de creciente desarrollo tecnológico de los romanos al abismo de la Edad Oscura: la época de la cual tenemos más mitos y leyendas que hechos históricos; donde la ciencia y la comprensión de la realidad desaparecieron en favor la revelación divina y el auto-engaño.
7 comentarios:
no sé donde está tu otro blog, creo que una vez no más le eché un vistazo.
dimelo otra vez iré a verlo
bacio
aqui no sale bien lo que quiero
Saludos, espero no ser irreverente con tu post..
Hice una lectura rápida y..:
1. La=idea de un Dios trino no solo se auxilia de la geometría, también de la biblia (sea lo que sea)
2. Se supone que los discípulos iban a ir a todo el mundo a predicar el evangelio, así que de alguna manera ya había un plan de mercadeo.
Felicidades por la capacidad de reflexión, pero vamos a tener más cuidado con las citas históricas, un abrazo.. si deseas pasar por mi blog, es este: http://piensocreo.blogspot.com
Peniel, gracias por tu comentario, pero si lees bien no digo que la idea de Dios trino se fundamente en la geometría, sino que la geometría podía auxiliar racionalmente a aquellos que proponían la Trinidad teológicamente en el momento de explicar cómo era posible que Uno fuera Tres, y Tres fuera Uno.
Es obvio que el dogma se basa en textos bíblicos.
Nuevamente gracias, pero recuerda tener cuidado tú, y leer bien antes de comentar por comentar.
Ese verso de 'dad al Cesar lo que es del Cesar' me huele a conspiración fallida de parte de los romanos, al igual que la 'profecía' de que todas las naciones iban a pagarle taxes a Israel y que iban a dejar todas sus riquezas ahí en Isaias 60:11.
Me explico. No sabemos cuanto de la Biblia fue invento de Constantino y los 'correctores' que el comisionó para, ehem, 'arreglar' la Biblia durante el cuarto siglo de la Era Común. Es muy posible que eso de que Jesús invitara a la gente a pagarle sus impuestos al César fue un invento de Constantino y sus correctores ... hay que recordar que en Judea antigua bajo los romanos hubo un momento que algunos agricultores tuvieron que pagar el 90 % de su producto al Cesar. Era un yugo enorme.
Menciono Isaias 60 porque para mi todo lo que los religiosos llaman 'profecias' o 'profecias cumplidas' no es mas que conspiraciones organizadas y popularizadas de modo mas o menos inteligente por ciertas auto-denominadas autoridades religiosas, y la mas carifresca de todas es el mesianismo judío, que dice que en un momento crucial de la historia va a venir un gran rey que va a convertir a los judíos en la super-raza en la cima de la pirámide global y que todas las naciones iban a tener que pagar un tributo, literalmente, pagarle impuestos, taxes, a Israel.
El verso 11 específicamente dice que nación que no le pague tributo, va a ser destruida. Imagina los niveles de violencia que se van a requerir en una guerra mundial mesiánica que logre materializar esa visión infernal de Isaías 60.
Eso era originalmente el mesianismo judío. Yo especulo que cuando los primeros cristianos se inventaron el cuento de la tentación de Jesús en el desierto, cuando el diablo le muestra todas las naciones sirviéndole, eso era una crítica de esta macabra ideología, sabiamente revestida de parábola dentro de una contra-conspiración que terminó siendo el cristianismo.
Es obvio que la conspiración mesiánica descrita en Isaías 60 nunca se va a manifestar: los judíos estan rodeado por todas partes de musulmanes que los odian a la muerte y podemos estar bastante seguros que nunca les van a pagar impuestos ni dejarse gobernar por ellos.
A los romanos también les salió el tiro por el roto equivocado: por mas que se apoderaron de la conspiración cristiana, hoy nadie le paga impuestos al Cesar. Ya no hay Cesar, lo que hay es un papado que lo que da es pena y risa. Roma cayó.
Así que eso de disfrazar auto-alabanzas convenientes de profecía y misterio es un viejo truco.
Creo que el New Age y 2012 son las versiones mas recientes de este fenómeno de conspiraciones/profecías producidas por el colectivo en un intento de reinventarse.
Creo que, en su mayor parte, esta es bien intencionada.
Lo mas acertado de tu comentario, considerar al cristianismo una secta, que lo es. Una secta que, por diversos motivos, logro imponerse al resto de sectas que por aquel entonces peleaban por imponer su fe verdadera. La historia de la Iglesia es la historia de la lucha por el poder politico y economico, la imposicion de su verdad unica por medio de la violencia y el oscurantismo. El Cristianismo es muy util para la clase dominante, mantiene al pueblo sumiso, resignado y en la miseria, sin espiritu critico y padeciendo injusticias en la tierra esperando la recompensa del Paraiso.
Muy buen artículo, gracias al blog por la dedicación y por incentivarnos a la reflexión, me parece importante que podamos rezar todos los días y sentirnos bien.
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