viernes, 31 de octubre de 2008

La estirpe de Mc-Caín

Un día a Caín se le ocurrió darle un mazazo por la cabeza a su hermano Abel, matándolo en el acto.

Al tiempo, Dios le preguntó a Caín por su hermano, y Caín, haciéndose el loco, enunció una de las más celebres preguntas de la mitología judeocristiana:

“¿¿Qué?? ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”

Este relato pone de relieve dos tendencias muy marcadas en nuestra especie. Primero, el egoísmo, el individualismo. Nos importa un carajo el mundo entero, siempre y cuando no nos toquen el ombligo. Y en segundo lugar, la capacidad de sentir conmiseración y piedad por aquellos “hermanos” que están peor que nosotros.

En estos días la prensa me está recordando cada vez más esa doble condición humana.

Durante muchos años he sido de los que piensa que la riqueza mundial está mal distribuida. Los ricos tienen cada vez más; los pobres cada vez menos. No me malinterpreten. No estoy de acuerdo con el ideal utópico socialista de que todos debemos vivir igual, tener la misma casa, la misma ropa, etc. El esfuerzo debe premiarse. Por eso, está muy bien que los ricos trabajadores vivan bien; siempre y cuando los gobiernos, se encarguen de que las personas que se esfuerzan, que trabajan para esos ricos, reciban un salario digno que asegure la cobertura de todas sus necesidades básicas. El problema no es que haya ricos; el problema es que nadie se encarga de que los ricos repartan más humanamente esa riqueza. ¿Sabían que en el planeta hay tanta riqueza, que la pobreza podría eliminarse, y aun así los ricos seguirían siendo ricos? Por ejemplo, sólo Bill Gates podría darle 7 mil dólares a cada ser humano; cantidad suficiente para eliminar la pobreza en la mayor parte de países africanos.

En un mundo así, ¿tiene sentido que haya gente muriendo de sed?

Estas últimas semanas, he podido ver con horror, cómo el candidato a presidente de los EEUU, John McCain, hace gala de su ideario republicano conservador y supuestamente “no-intervencionista”. McCain, una mezcla de Rambo en cuerpo de Fraggle Rock, se burlaba de Obama cuando éste último decía que “la riqueza debía repartirse.” McCain se reía, y acusaba a Obama de ser un marxista socialista. Yo realmente no podía entender ese cinismo.

“Repartir la riqueza.” ¿Qué hay de malo en ello? ¿Qué les causa risa aquí?

¿Cómo es posible que a un aspirante a presidir un país con tantos millones de pobres, no se le caiga la cara de vergüenza cuando se burla de un principio tan necesario, no sólo en su país, sino en el mundo entero?

Gente, la riqueza está MAL repartida. Quien diga lo contrario es un canalla. Un puerco, un insecto.

Obama propone subirle los impuestos a los ricos. No para regalarle lujos a los pobres, sino para que esos pobres tengan una educación y trato sanitario más digno de lo que tienen ahora.

“Repartir la riqueza”, según Obama, no es motivo de ninguna risita sarcástica, sino digno de aplauso en un país tan capitalista como los EEUU, donde cada quien vela por lo suyo y el vecino que se joda.

La risilla de McCain, y su lugarteniente Palin, quienes en las próximas semanas se achacaran mutuamente la culpa de su gran derrota electoral, pone en evidencia lo peor de nuestra especie. La incapacidad de ser solidarios con aquellos que menos tienen, con los que no han tenido las mismas oportunidades que nosotros.

Los republicanos parten de la premisa (falsa) de que en la carrera del éxito, todos arrancamos desde el mismo lugar; que todos tenemos las mismas oportunidades, que somos “iguales ante Dios”, etc. Y por ello piensan que los ricos deben ser protegidos, pues son los “generadores de riqueza”, y que los pobres ni se atrevan a quejarse, que bajen la cabeza, y les den gracias por los empleos y migajas de mierda que reparten.

Pues no. No todos somos iguales. Algunos nacen en mejores condiciones que otros. Nuestros genes son distintos. Nuestras historias nos condicionan. Hay gente que nace y morirá pobre, no porque lo merezcan, porque sean inferiores, lisidados, o vagos. Sino porque el sistema que protege al rico, se olvida de proteger también los derechos de los de abajo. Y no, porque muchas veces los ricos no son más que “generadores de riqueza” dentro de sus propios bolsillos. Es más, muchas empresas millonarias multinacionales, como Monsanto y McDonald’s, más bien son generadoras de miseria.

Obama no propone joder a los ricos o quitarles sus mansiones. ¡Que sigan siendo ricos! Pero coño, que los jodidos puedan ir a un médico.

Los republicanos dicen: “Que el gobierno no se meta ,que nadie nos diga a qué médico debemos ir.” Se les olvida que en EEUU hay pobres que no pueden siquiera ELEGIR, que ni tienen para comprar medicinas!! Los ricos irán siempre al médico que les salga de los cojones. ¿Por qué refunfuña McCain? ¿Será que los cabilderos del lobby de seguros médicos privados están cagaos de miedo porque ya no podrán explotar igual a los pobres? Pues claro, el grueso de los ingresos de esos seguros privados viene de la clase media asalariada y explotada. Tienen que evitar a toda costa que se “socialice” la medicina.

El otro asunto que Obama pretende cambiar es que en EEUU solo los adinerados, o los eternamente endeudados, pueden pagar una educación universitaria. Obama quiere a los pobres en las universidades.

Ohhh…la educación…los pobres yendo a las universidades…los negros (como Obama) en Harvard…educándose…pensando…cuestionando…liberándose del yugo… exigiendo trato digno.

Oh Mc-Caín…cuánta razón tienen los de tu estirpe de Caín al estar tan preocupados.

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