martes, 3 de marzo de 2009

El misterio de la compasión

Ayer fui al supermercado con mucha prisa y derepente me topé con una ancianita pequeña luchando, intentando sacar unos litros de leche de unas cajas de cartón "muy duras". Verla me enterneció inmediatamente, así que fui al rescate, rompí rápidamente las cajas de cartón para que pudiera coger los litros. La señora me miró con dulzura, me sonrió y me dijo "Dios te lo pague, guapo...es que estas cajas son tan duras."

Ahora me pregunto qué fue lo que hizo a mi vil y condenado corazón ateo ir donde aquella mujer a ayudarla. No creo en ningún dios, la religión me ronca las bolas, no creo en recompensas en el "más allá", no sigo mandamientos morales de nadie, no pertenezco a ningún club de ética social. Entonces, ¿por qué ayudé a la viejita? ¿Por qué gastar de mi preciado tiempo, con la prisa que tenía, para ayudar a una persona que podía ser ayudada por cualquier otra persona?

Sentí compasión. Y la compasión es una capacidad innata en todos los seres humanos. Es decir, venimos equipados de fábrica con ella, aunque no siempre se nos active. El ser humano es capaz de suspender sus intereses egoístas cuando se ve reflejado en el sufrimiento de otra persona. No ayudamos a la viejita porque luego "Dios no lo pague". Las recompensas no son necesarias. De la compasión nace un impulso protector, similar al que tenemos con nuestros hijos. Y ese sentimiento realizado en el acto de compasión encuentra satisfacción en sí mismo. No hace falta nada más.

Los religiosos fanáticos no comprenden esto. Dicen que para que haya actos morales necesitamos una "Ley" que sirva de standard, fuera del hombre, para que sea objetiva y pueda hablarse de moral. Pues bien, yo lo que digo es que esos stándares, de hecho, existen. Los seres humanos los creamos de acuerdo a nuestra propia experiencia, psicología y biología. ¿Por qué los valores tienen necesariamente que ser "objetivos" o "universales" para que sean válidos? ¿Por qué no nos conformamos mejor con un término como "inter-subjetividad"? La moral es lo que los sujetos en consenso piensan que es la moral. No hay dioses fuera, sino una voz interna de nuestra conciencia, producto de la esencia de nuestra especie. Pero a veces esas voces entran en conflicto entre sí. Por eso es mejor hablar de inter-subjetividades, y no de morales objetivas.

La moral inter-subjetiva se entiende como imperfecta, localizada, cambiante, adaptable a nuevas realidades. La moral objetiva se entiende como perfecta, universal, inmutable, y único camino posible a la realidad. La moral inter-subjetiva es una opinión. La moral objetiva es una imposición, por lo tanto hace violencia a nuestra libertad de razonar y decidirnos por otros valores alternos.

No quiero que Dios "me pague" nada. De hecho, sé que no me pagarán nada porque no hay Dios, para empezar. Lo único que quiero es que aquella viejita pueda beberse su café con leche tranquilamente en la mañana. Que las cajas "duras" no le jodan la vida. Y que los supermercados, tengan compasión de esos ancianos, y se encarguen de abrirlas.

Lo demás, son pajas mentales.

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