martes, 16 de diciembre de 2008

Bush y los zapatos


La pregunta es: ¿Cómo no se le ocurrió a nadie antes?

La presidencia de Bush termina como empezó, en el ridículo.

El criminal de guerra, —que por desgracia, nunca será juzgado ante los tribunales pero sí ante los ojos de la historia— no debió recibir dos zapatazos, sino un zapatazo por cada muerte iraquí y americana que su guerra espuria provocó.

A Bush, ese gran libertador de Iraq, deberían dejarlo suelto un fin de semana por cualquier plaza de Bagdad, para que el pueblo tenga la oportunidad de agradecerle el gran favor que les hizo durante los últimos años.

Bush más bien debería mudarse a Iraq y disfrutar del país que contribuyó a colapsar y fragmentar con sus negocios petroleros y armamentistas.

El periodista que lanzó los zapatos se equivocó en una cosa: llamar perro a una cucaracha.

Aun así, ese ciudadano iraquí merece nuestro aplauso y respeto. Y aunque en los próximos meses él y su familia lo pasen muy mal, la historia lo recordará por siempre, y los libros nos lo presentarán como aquel que tuvo los pantalones, aquel que tuvo los huevos, aquel a quien se le ocurrió primero.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama



No sentía tanta emoción colectiva desde la primera vez que vi la celebración de los Ewoks al final de Return of the Jedi.

Pocas veces un hombre logra encarnar tan profundamente el espíritu del pueblo, y quizá del mundo.

Pero Obama es más que un hombre. Es un símbolo. Representa una voluntad y actitud ante las adversidades diametralmente opuesta a la de Bush.

Durante ocho años, Bush atacó a las minorías, protegió y benefició a los ricos, privilegió a los religiosos, intentó establecer una teocracia, cortó fondos a la investigación científica, persiguió a los gays y lesbianas, intentó acabar con el movimiento pro-choice, inició una guerra espuria en el medio oriente, mintió a Naciones Unidas, traicionó a su propio pueblo, justificó la tortura, dio rienda suelta al espionaje dentro de su propio país, violó todos los derechos humanos, su política económica colaboró en el más grande descalabro de la economía del mundo, arruinó la reputación de los estadounidenses a lo largo del planeta. En pocas palabras, escribió las páginas más oscuras de la política americana en los últimos cien años. No sé con cual epíteto pasará a la historia, porque son muchos posibles: Bush el borracho, Bush el hijo de papi, Bush el fraudulento, Bush el inepto, Bush el imbécil, Bush el teócrata, Bush el genocida, Bush que nunca vuelva.

La historia sólo podrá redimir al pueblo americano de haber tenido semejante incompetente canalla como presidente, cuando nos recuerde que las dos veces que llegó al poder fue mediante el fraude electoral. Primero Florida, y luego Ohio. Sólo recordando este hecho, podremos comprender cómo fue posible, y perdonar a esa nación, pues fue un crimen que no cometió.

No sé cuan caro hemos tenido que pagar por tener finalmente a alguien como Obama. Lo cierto es que, ni Al Gore, ni Kerry, podrían darnos esa esperanza.

Obama representa la esperanza del cambio, no solo en EEUU, sino en todo el mundo. La gente está harta del status quo, de los abusos del sistema neo-liberal de Wall Street y que el resto de los países emulan. Llegó la hora de dialogar con el enemigo, de tender puentes, de educar y cuidar de la salud de los más pobres.

No será fácil. Pero Obama nos recuerda hoy que cuando la voluntad del pueblo converge en una sola fuerza, todo es posible.

Hoy, miremos al futuro, ¡y dancemos como los Ewoks!

viernes, 31 de octubre de 2008

La estirpe de Mc-Caín

Un día a Caín se le ocurrió darle un mazazo por la cabeza a su hermano Abel, matándolo en el acto.

Al tiempo, Dios le preguntó a Caín por su hermano, y Caín, haciéndose el loco, enunció una de las más celebres preguntas de la mitología judeocristiana:

“¿¿Qué?? ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”

Este relato pone de relieve dos tendencias muy marcadas en nuestra especie. Primero, el egoísmo, el individualismo. Nos importa un carajo el mundo entero, siempre y cuando no nos toquen el ombligo. Y en segundo lugar, la capacidad de sentir conmiseración y piedad por aquellos “hermanos” que están peor que nosotros.

En estos días la prensa me está recordando cada vez más esa doble condición humana.

Durante muchos años he sido de los que piensa que la riqueza mundial está mal distribuida. Los ricos tienen cada vez más; los pobres cada vez menos. No me malinterpreten. No estoy de acuerdo con el ideal utópico socialista de que todos debemos vivir igual, tener la misma casa, la misma ropa, etc. El esfuerzo debe premiarse. Por eso, está muy bien que los ricos trabajadores vivan bien; siempre y cuando los gobiernos, se encarguen de que las personas que se esfuerzan, que trabajan para esos ricos, reciban un salario digno que asegure la cobertura de todas sus necesidades básicas. El problema no es que haya ricos; el problema es que nadie se encarga de que los ricos repartan más humanamente esa riqueza. ¿Sabían que en el planeta hay tanta riqueza, que la pobreza podría eliminarse, y aun así los ricos seguirían siendo ricos? Por ejemplo, sólo Bill Gates podría darle 7 mil dólares a cada ser humano; cantidad suficiente para eliminar la pobreza en la mayor parte de países africanos.

En un mundo así, ¿tiene sentido que haya gente muriendo de sed?

Estas últimas semanas, he podido ver con horror, cómo el candidato a presidente de los EEUU, John McCain, hace gala de su ideario republicano conservador y supuestamente “no-intervencionista”. McCain, una mezcla de Rambo en cuerpo de Fraggle Rock, se burlaba de Obama cuando éste último decía que “la riqueza debía repartirse.” McCain se reía, y acusaba a Obama de ser un marxista socialista. Yo realmente no podía entender ese cinismo.

“Repartir la riqueza.” ¿Qué hay de malo en ello? ¿Qué les causa risa aquí?

¿Cómo es posible que a un aspirante a presidir un país con tantos millones de pobres, no se le caiga la cara de vergüenza cuando se burla de un principio tan necesario, no sólo en su país, sino en el mundo entero?

Gente, la riqueza está MAL repartida. Quien diga lo contrario es un canalla. Un puerco, un insecto.

Obama propone subirle los impuestos a los ricos. No para regalarle lujos a los pobres, sino para que esos pobres tengan una educación y trato sanitario más digno de lo que tienen ahora.

“Repartir la riqueza”, según Obama, no es motivo de ninguna risita sarcástica, sino digno de aplauso en un país tan capitalista como los EEUU, donde cada quien vela por lo suyo y el vecino que se joda.

La risilla de McCain, y su lugarteniente Palin, quienes en las próximas semanas se achacaran mutuamente la culpa de su gran derrota electoral, pone en evidencia lo peor de nuestra especie. La incapacidad de ser solidarios con aquellos que menos tienen, con los que no han tenido las mismas oportunidades que nosotros.

Los republicanos parten de la premisa (falsa) de que en la carrera del éxito, todos arrancamos desde el mismo lugar; que todos tenemos las mismas oportunidades, que somos “iguales ante Dios”, etc. Y por ello piensan que los ricos deben ser protegidos, pues son los “generadores de riqueza”, y que los pobres ni se atrevan a quejarse, que bajen la cabeza, y les den gracias por los empleos y migajas de mierda que reparten.

Pues no. No todos somos iguales. Algunos nacen en mejores condiciones que otros. Nuestros genes son distintos. Nuestras historias nos condicionan. Hay gente que nace y morirá pobre, no porque lo merezcan, porque sean inferiores, lisidados, o vagos. Sino porque el sistema que protege al rico, se olvida de proteger también los derechos de los de abajo. Y no, porque muchas veces los ricos no son más que “generadores de riqueza” dentro de sus propios bolsillos. Es más, muchas empresas millonarias multinacionales, como Monsanto y McDonald’s, más bien son generadoras de miseria.

Obama no propone joder a los ricos o quitarles sus mansiones. ¡Que sigan siendo ricos! Pero coño, que los jodidos puedan ir a un médico.

Los republicanos dicen: “Que el gobierno no se meta ,que nadie nos diga a qué médico debemos ir.” Se les olvida que en EEUU hay pobres que no pueden siquiera ELEGIR, que ni tienen para comprar medicinas!! Los ricos irán siempre al médico que les salga de los cojones. ¿Por qué refunfuña McCain? ¿Será que los cabilderos del lobby de seguros médicos privados están cagaos de miedo porque ya no podrán explotar igual a los pobres? Pues claro, el grueso de los ingresos de esos seguros privados viene de la clase media asalariada y explotada. Tienen que evitar a toda costa que se “socialice” la medicina.

El otro asunto que Obama pretende cambiar es que en EEUU solo los adinerados, o los eternamente endeudados, pueden pagar una educación universitaria. Obama quiere a los pobres en las universidades.

Ohhh…la educación…los pobres yendo a las universidades…los negros (como Obama) en Harvard…educándose…pensando…cuestionando…liberándose del yugo… exigiendo trato digno.

Oh Mc-Caín…cuánta razón tienen los de tu estirpe de Caín al estar tan preocupados.

jueves, 9 de octubre de 2008

Las telenovelas y el mundo de los muertos

“Ay mi nietecita, eres lo que más quiero en el mundo de los vivos…”

Así dice una señora mayor ya “muerta”, de apariencia espectral, como hada madrina de vestidos blancos, abrazando a una niña pequeña que se refugia del asco del mundo exterior.

Las telenovelas mexicanas siempre se han destacado por su mediocridad en todos los niveles. Mala actuación, malos guiones, poca creatividad. Eso sí, a la hora de mostrarnos palacios o mansiones gigantescas con piscinas (“albercas”), patios interiores de ensueño, no se lo piensan dos veces. El asunto es deslumbrar al público mediante las formas, pues en el contenido hay poco, muy poco.

Y parte de ese “poco” es la constante y vieja propaganda que Televisa y amigos le llevan haciendo al Vaticano Inc., y a su sucursal católica mexicana, que de hecho es la más grande de Hispanoamérica. Dado que las telenovelas mexicanas se exportan a, literalmente, todo el planeta, es de suponer que el Vaticano esté muy contento con la labor “de campo” que le hace Televisa. ¿Que aparece una que otra nalga, o chica tetona escotada? No pasa nada, pues es seguro que las novelas evangelizan más que todos los sacerdotes mexicanos juntos en un domingo. La teta y el escote es un precio muy bajo a pagar.

Es obvio que las telenovelas mexicanas no aportan mucho intelectualmente al público. Hasta ahí son algo inocuo. Pero el asunto va más allá, pues no se trata de que no aporten nada, sino de que activamente embrutecen, fomentan la superstición y promueven el conformismo, que la gente se sienta a gusto con el status quo, que por cierto, en México, al igual que en toda Latinoamérica, es un tremendo asco.

Está bien que los “malos”, que por cierto siempre son los ricos, sigan siendo ricos, siempre y cuando acepten a la protagonista pobre en su familia. Al fin y al cabo, la protagonista no se casa con el chico pobre que lleva enamorado de ella toda la vida, sino que escoge al galán rico, se casa con él, claro, termina haciéndose rica, reforzando el status quo que en un principio la marginaba y oprimía. ¡Bravo!

Las telenovelas nos mandan un mensaje doble sobre la pobreza. Por un lado, es bien jodido ser pobre, vives en una casucha de mierda, no tienes padre, tu madre es una gorda fofa avejentada que solo cocina frijoles, tienes 20 hermanos y quizá tú eres la única adoptada. En fin, que tu vida da asco. PERO, por ser pobre tienes una ventaja: estás en contacto directito con “Diosito”.

El mensaje es que mientras la chica mantenga su fe, y le rece a “Diosito” o a la “Virgencita” (como los mexicanos suelen llamar a sus diosesitos), entonces las cosas irán “bien”. Bueno, en términos telenovelísticos irte “bien” es que después de que te joden la vida durante 98 capítulos, al final, en los últimos dos, la mujer se ve reivindicada a través de un “buen” casamiento en una “buena” iglesia con un “buen” párroco, tragándote una “buena” ostia. ¿Qué más da que la hayan humillado, pegado los cuernos o dejado temporeramente ciega? Al final, todo vale con tal de tener una “buena” boda…y entrar al mundo de los ricos. Ahhhh, quién no quisiera!!….

Rezar, según las telenovelas, es tan efectivo que puede lograr que el chico más guapo de la colonia Polanco en el DF, se fije en la verdulera más simple, más maleducada del barrio de Tepito. Pero también, claro, la que más buena está, no sólo en Tepito, sino en el país entero! Por eso nos tragamos siempre que en las novelas los galanes escojan a esas verduleras, porque vaya tetas, vaya ojazos, vaya nariz caucásica natural!!! Mmmm!

Y es ese el otro mensaje que nos dan las telenovelas: que el mayor mérito de una mujer, es estar buenísima. Si no es así, los reto a que pongan en la próxima telenovela como protagonista a una verdadera verdulera del mercado de abastos! ¡Y veamos con quién se casa!

Pues bien, todo este embrutecimiento no basta ya para captar la atención del público. Ahora la moda en Televisa es introducir elementos sobrenaturales. Como por ejemplo, fantasmas de la abuelita muerta, o hadas, o duendes que se confunden con la realidad. Y no me extraña. Los duendes, y las abuelitas difuntas, son muchísimo más divertidos y atractivos que Guadalupes tiesas de palo en altares carcomidos por el moho entre lúgubres velas. Si me dan a escoger, yo también prefiero a mi abuelita!

¿Qué pensará el Vaticano Inc. de este cambio?

Parece que la “Virgencita” se está quedando sin combustible en las telenovelas y “en el mundo de los vivitos”.

viernes, 18 de julio de 2008

Ratzinger pide unir todas las fes de mundo contra la violencia

La hipocresía ecuménica continúa.

La última noticia es que el Papa Ratzinger pide que para luchar contra la violencia, especialmente el terrorismo, todas las “fes” deben unirse. No sé para qué…Tal vez se ha dado cuenta que el “dios” católico no es lo suficientemente “omnipotente” y ahora necesita la ayuda de deidades colegas, Vishnu, Zeus, Alá, etc.

¿Por qué será que Ratzinger no les explica a esa gente de “otras” fes, lo que su doctrina católica realmente dice?

¿Por qué no explica en ese mismo comunicado que la Iglesia católica enseña que todo aquel que no sea bautizado y siga sus mandatos irá directamente al infierno?

¿Cómo carajo puede hablarse de terminar con la violencia en este mundo, cuando la Iglesia católica es la primera que hace violencia cuando condena a todos los no-católicos al fuego eterno!!

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Benedicto, sabes bien que tu religión conformó la primera institución terrorista de la historia occidental. Las paredes de tu “Santa Sede” están forradas con la sangre de miles de inocentes, musulmanes, indígenas, esclavos, herejes, brujas, científicos, filósofos y ateos.

No nos hables de unir fes, cuando tu fe, desde sus fundamentos bíblicos y la tradición misma, está podrida de rencores y miedos a los que no son como ustedes.

La única diferencia entre los terroristas y tú, es que ellos no son hipócritas y ponen en práctica lo que sus textos sagrados dicen: Cortarle la cabeza a los infieles. Benedicto, tus textos sagrados dicen lo mismo. ¿Por qué no sacas la espada de una vez? ¿Por qué no haces tal como hicieron cientos de tus antecesores pontífices? ¿Por qué no tienes los cojones de limpiar este mundo de los impíos? Cobarde! Tibio!

La mayoría de los terroristas son víctimas del lavado de cerebro de líderes religiosos parecidos a ti. Pero la gran diferencia es que mientras tú, en Roma, cagas en inodoros esculpidos por Bernini; la mayoría de esos terroristas representan a pueblos oprimidos que diariamente reciben bombas del cielo en vez de lluvia y oro como tú.

Benedicto. Ratzinger. No hables más mierda. Y métete tu ecumenismo por la sotana.

lunes, 7 de julio de 2008

Irreverentes ilustres contemporáneos: Matt Bellamy


Dicen las malas lenguas que Matt Bellamy, el genio musical indiscutible, capaz de llevar lo mejor de Sid Vicious, Rachmaninoff, Depeche Mode en su época industrial, Maria Callas y Buck Rogers en el siglo XXV, a un mismo escenario, líder de la ecléctica e incatalogable banda MUSE, un día escribió una canción de tintes irreverentes. Y para grabarla requería de un gran órgano de iglesia.

Así, Matt fue a una iglesia y el vicario insistió en que le mostrara la letra de la canción. (¿Qué creían, que las costumbres de los inquisidores censores se borraban rápido?) De haberlo hecho, Matt hubiera sido excomulgado ipso facto y rociado con agua bendita. Entonces, para evitar tal escenario, se le ocurrió una idea genial, y se sacó de la manga una letra falsa, utilizando un mensaje positivo y bonito. Bien “pro-establishment”. Al vicario le pareció muy bien la letra, y así le dieron el permiso para usar el órgano, y así se grabó Megalomania, el gran final de su segundo album Origin of Symmetry.

Megalomania es una canción que expone los pensamientos de un hombre que pasa una mala racha con su mujer. Y en el transcurso pone en cuestión la autoridad de la Iglesia, la religión, y el imperativo de que todos tenemos que tener hijos, o que ser padre es lo más maravilloso del mundo.

“El paraíso tiene un precio.” Y Matt contesta que no está dispuesto a pagarlo.

“¿Para qué fuimos construídos? Qué alguien me diga.”

¿Cuestiona Matt que el ser humano sea un tipo de máquina hecha para reproducirse y nada más que eso?

“La verdad es que ella no puede tener bebés… ¿Pero para qué son? Sólo crecerán y romperán las leyes que has amado.”

“Quítate tu disfraz!
Debajo de él estoy yo!”

¿Es un tipo de megalomanía el precio a pagar para aquellos quienes rechazan el Paraíso o niegan uno de los imperativos básicos de la especie?

Vaya joyitas pa reflexionar. Con la de mierda que suena en la radio estos días….

Versión original:
http://www.youtube.com/watch?v=-P2q6UQmRmo

Versión en vivo:
http://www.youtube.com/watch?v=4gRE-JL1V3g

Megalomania
by: Matt Bellamy (MUSE)

Paradise comes at a price
That I am not prepared to pay
What were we built for?
Could someone tell me please

The good news is she can't have babies
And won't accept gifts from me
What are they for?
They'll just grow up and break the laws you've loved

Take off your disguise
I know that underneath it's me
Who are you oooh

Useless device it won't suffice
I want a new game to play
When I am gone - it won't be long
Before I disturb you in the dark

And paradise comes at a price
That I am not prepared to pay
What were we built for?
Will someone tell me please

Take off your disguise
I know that underneath it's me

El ecuménico pasaporte al infierno

Repíte en voz alta:

ME - CAGO - EN – EL - ESPÍRITU - SANTO.

NIEGO – TODO - LO - RELACIONADO - A - LA – FUCKING - PALOMA

Ya?

Estimado lector, lamentamos informarle que usted acaba de ser condenado por la eternidad al fuego del Erebo sin posibilidad alguna de perdón.

Pues así dicen las Escrituras:

"El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón nunca, antes bien será reo de pecado eterno" (Mc 3,29; Cf. Mt 12:32; Lc 12:10).

Más claro no canta un gallo.

Pero como era de esperarse, los católicos nunca se contentan con lo que claramente dice su texto sagrado. Y entonces lo retuercen aun más. (No sé si presuponen que el Escritor es un imbécil o sencillamente un autor mediocre incapaz de explicarse por sí mismo...) Según el Catecismo en el # 1864:

“No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna.”

Holy shit, Batman! Negar la misericordia de Dios!!! How dare you!!!

Pero Juan Pablo II intenta aguarnos la fiesta. Para él no es un asunto de meras palabras: En Dominum et vivificantem 46-48, dice:

"Esta blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste, más bien, en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece al hombre por medio del Espíritu Santo."

Ahora, fíjense bien en lo que esto último implica. Olvidémonos de ateos cristianos o blasfemos. Si calculamos la cantidad de gente que no acepta la “salvación mediante el Espíritu Santo” tendríamos que pensar que, por ejemplo, el 95% de los chinos irá al infierno. Y los indios? Los negros animistas? Los judíos? Los musulmanes? Los shintoístas? Los taóistas? Los budistas?

Todos al infierno, coño! Bien merecido!

Aquí se encierra la farsa de Juan Pablo II. El supuesto Papa ecumenista, que se sentaba con personas de todas las religiones, no sé para qué; en realidad pensaba que todos ellos (a excepción quizá de los prostestantes) eran una panda de condenados al infierno sin remedio por no aceptar la salvación mediante el Espíritu Santo.

Ahora explíquenme, ¿cómo coño se puede conversar, cómo carajo se puede llegar a un pacto (de no sé qué), cuando, al menos, uno de los interlocutores asume que el otro es un condenado a la tortura eterna del infierno? O más bien, ¿para qué? Si ya no tienen remedio!!

Me imagino al Papa entrando a esos recintos llenos de líderes religiosos:

“Gente, les tiendo la mano. Vosotros sois todos unos condenados sin remedio. Pero vengo en son de Paz. Vengo a hacerme la paja mental de que comparto el amor con mi prójimo, y me tengo que sentar en la misma mesa de mi enemigo, aunque sepa que merecen el fuego eterno por ofender a la Paloma que me ungió, y en la cual se basa toda mi autoridad. Aunque sabemos que no habrá perdón para vosotros, no os preocupéis, no os olvidaremos. Y cuando todos halláis muerto, y Belcebú haga yogurt de vuestras tripas, oraremos por vuestra memoria, y recordaremos los ratos tan gratos que pasamos juntos. Me caen bien. De hecho, si mi Dios fuera un poco más humano, os perdonaría, y entonces podríamos sentarnos también en el Cielo a comer juntos. Jugaríamos al fútbol los domingos, los musulmanes nos prestarían algunas de sus 72 vírgenes, y nosotros les enviaríamos a ellos un coro de monjas carmelitas calenturientas... En fin…Pero por impíos, osea, por no ser católicos, y dado que no hemos hallado cura para la psicopatía celestial, lamento informaros que tenéis lo que os merecéis. Ahora, démonos todos la ecuménica Paz del Señor.”

Amén.