lunes, 7 de julio de 2008

¿Por qué hay sectas dentro de la Iglesia católica?

Por muchos años me pregunté qué diferencia hay entre una secta y una religión. Hoy, creo estar seguro que todo es un asunto de “public image”. La percepción social es lo que te dice si tu fe es digna o si, por otro lado, perteneces a una comuna de locos. Así de sencillo.

Si hay una institución que ha invertido dinero (y sangre de millones de inocentes) en imagen, esa es la Iglesia católica. Empezando por su mismo nombre presuntuoso, “católica, apostólica Y romana”. Vaya medallón de nombre! ¿Se imagan, “Iglesia parcelera, evangélica y boricua”? Así hay muchas! Pero por eso no van a tener nunca algo como el Vaticano Inc.

A lo que iba. La Iglesia católica, se ha fajao (y nos ha jodido) lo suficiente para que hoy podamos decir que no es una secta. La pregunta que lanzo es: ¿hay sectas dentro de la Iglesia?

Todos conocemos casos de personas envueltas en ellas. Están los llamados “carismáticos”, que en sus reuniones amenas desean expresar los “dones del Espíritu Santo”, porque en las misas lo único que se expresa son los bostezos. Por todos lados están los sectáreos de apariciones marianas locales. También se encuentran los sectáreos ungidos por el sistema, como los del Opus Dei, y los neocatecúmenos (kikos). De hecho, el lugar de dónde la Iglesia católica recibe la mayor exposición pública (y dinero) es precisamente de estos fenómenos. (Los que hacen el trabajo de campo, el trabajo sucio.) Siempre sale en la prensa alguna notita donde Chencha, la gorda de la montaña, nos escribe el mensajito del mes de la “Virgencita” pidiendo que “visitemos a su Hijo en la eucaristía” (Osea, comerse la galleta inodora, y a cambio dejar el billete en la misa del domingo). O también leemos los comentarios homofóbicos de algún miembro del Opus Dei, que causan risa en la mayor parte de la población pensante. (Osea, acrecentar la percepción de que el mundo está muy mal, y generar en la gente el deseo de ir a misa para refugiarse del mundo impío colmado, lleno y repleto de maricas por todos lados!! Y de paso que dejen unos billetitos en la canasta…)

Es evidente que para el circo mediático, el trabajo sucio, y para los billetes, la Iglesia tiene a sus sectáreos internos. Pero, ¿por qué será que la Iglesia, que tanto se las da de seria y jerarquizada, acepta fenómenos que a veces parecen salirse de su control? ¿Por qué permite que individuos como el Padre Pío, que se teletransportaba y podía andar en dos sitios a la misma vez, le roben al Papa su protagonismo? ¿No es acaso el Papa el Vicario de Cristo? ¿No debería el ojo del feligrés dirigirse más a lo que el obispo de Roma hace que a lo que dice Eleuterio, el que vio a la Madre María en una algarroba?

En mi opinión, si estuviéramos en el siglo XVIII, la Iglesia ya habría mandado a asesinar a todos estos sectáreos de mierda. Lo que ocurre es que estamos en el siglo XXI, y la Iglesia no es ya lo que era antes. Hoy es débil y tibia. Se ve obligada a tolerar a los infieles, porque sin las ayudas económicas de los estados (mayormente laicos o aconfesionales), sin las exenciones contributivas, y las donaciones de entidades privadas, sencillamente no podrían operar, ni siquiera quitar la mugre y telarañas de los techos de los templos. La Iglesia católica antes controlaba al sistema. Hoy, la iglesia católica ha sido absorbida en el abismo del sistema. Ya no le dan fuete a los malos cristianos. Ya no predican. Ya no pelean con protestantes. Ya no cortan cabezas de musulmanes. Sencillamente se dedican a pedir dinero, y predicar el “mensaje positivo” del evangelio, como si se tratara de un librito más de auto-ayuda. (Aunque, vaya faena, considerando la cantidad de mierda negativa que abunda en la Biblia.)

Por esta razón, es que surgen movimientos de “avivamiento” dentro del seno de la Iglesia. Los que hoy llamamos “locos”, en realidad no son locos. Ellos sencillamente se dedican a vivir la doctrina tal cual. Tal como la misma Iglesia dice que debería ser vivida. Si un señor Opus Dei, se niega a que su hija se case con un ateo, no es porque ese hombre sea un fanático poco comprensivo. No, mi gente. Es porque está poniendo en práctica lo que la Santa Madre Iglesia dice que hay que hacer! Porque esa boda le podría costar el alma a su hija, e incluso a él, por ser un mal padre y permitirla. (Osea, el infierno.)

Si una doña de una secta mariana, reza el rosario tres veces al día y se olvida de guisarle el pollo debidamente a su marido y sus hijos, no es porque esté ensimismada o mal chingada. Es porque la misma Virgen María, aparecida en Fátima y Lourdes, dijo que había que rezar con cojones!! Porque el mundo está a punto de terminarse!!! Y esto es doctrina oficial de la Iglesia, no inventos de un parcelero.

Así que, cada vez que veamos una secta católica aparecer, recordemos que no son gente insensata, sino personas que hastiadas de la tibieza del sistema romano de su Iglesia, cogen al toro por los cuernos, e intentan vivir la fe como debe ser. No son fanáticos. Son los legítimos! Los auténticos!! Por eso, los obispos, cardenales, monseñores, y chingones en Roma, no pueden batallar contra ellos, e incluso llegan a canonizar a algunos de sus líderes carismáticos. Como dándoles la razón “Sí hijos, aquí en Roma somos una pila de viejos gordos aburridos y fríos…Calienten el kiosko por nosotros, que no podemos. Ah..y de paso envíennos un par de pesos, pa’ sacarle el moho al oro del altar mayor.”

Y así, mientras la Iglesia muere, se multiplican las sectas católicas, los santos, los beatos, las vírgenes, las comunas de locos...

Y los billetes.

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