lunes, 9 de febrero de 2009

Grandes irreverentes del siglo XX: Carl Jung


Sobre el mejor psicólogo de Dios.

A Carl Jung se le puede criticar su teoría del inconsciente colectivo, los arquetipos, su división entre introvertidos y extrovertidos, su obsesión con las religiones, su "misticismo", etc. Pero a este individuo debemos uno de los mejores análisis psicológicos que jamás se hayan hecho sobre el personaje llamado Yahvé (Jehová, Elohim, Dios) del Antiguo Testamento.

El pequeño y controversial Respuesta a Job, es uno de los mejores libros que podremos leer para comprender el carácter insano, maniaco y depravado de la deidad judeo-cristiana. Escrito en un estilo muy claro, directo e incluso humorístico, el libro nos presenta una narración psicológica-fantasiosa en cronología con el dios bíblico; desde sus arranques genocidas (el Diluvio), hasta las humillaciones más degradantes a las que puede someterse a un ser humano (Job).

Jung presenta la evolución de una divinidad magnánima y trascendente que poco a poco se degrada, enloquece y termina cayendo en las trampas del mismo demonio que supuestamente había vencido. Ante los resultados de su propia megalomanía, el aguijón de la conciencia retuerce al supuesto Ser supremo; quien en acto desesperado se lanza al mundo, a encarnarse, y experimentar en vida propia (Cristo) una muestra de los tormentos a los que Él mismo sometió gratuitamente a Job.

Hace más de diez años leí esta joya, y espero que todos los irreverentes que me siguen puedan conocerla. Es una bomba concentrada. Se lee en una noche. Y darlo a leer a cualquier cristiano puede tener efectos sumamente interesantes.

En mí los tuvo.

Respuesta a Job (1952).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si el ateismo fuese posible usted no me estaría leyendo, porque solo "existiria" la nada. Pero la nada no es ni siquiera pensable.
Usted solo es ateo de una idea de Dios, una idea occidental de Dios, Basta con explicar el tiempo, o la materia desde la fisca cuantica, para como Jung decir yo no creo en Dios, yo lo conozco.

Y ser ateo en estos tiempos ha dejado de ser una irreverencia, es solo una vulgaridad

Carlos Donaire Medina